La primera secuencia sísmica del Valle Central, Costa Rica, 1910-1912

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Primera secuencia sísmica del Valle Central 1910-1912

Hola estimados amigos, esperando que a todos les vaya bien por ahí, hoy les estaré comentando sobre la primera secuencia sísmica del siglo XX ocurrida entre 1910 y 1912.  Les habla el Dr. Federico Güendel Umaña, sismólogo retirado del OVSICORI Universidad Nacional.

El estudio de la sismicidad histórica en nuestro país, en especial la ocurrida durante el siglo XX, nos permite analizar con detalle los patrones sísmicos que nos han venido afectando. Grandes terremotos han ocurrido en nuestro país tanto a lo largo de la costa pacífica como al interior del continente, extendiéndose hasta la zona caribeña comprendida entre el alto de Moín, Sixaola y Bocas del Toro.

Los grandes terremotos de magnitudes mayores o iguales a los 7.3 grados en la escala de Richter han ocurrido bajo las penínsulas de Nicoya y Osa a lo largo de la zona de subducción. En la región central pacífica, entre ambas penínsulas, todo pareciera indicar que el proceso de subducción no es capaz de acumular la suficiente energía para generar sismos de gran magnitud, siendo uno de los mayores el ocurrido en 1952, con una magnitud estimada en 7.0.

Al interior del continente y en especial a lo largo de la cordillera volcánica y de Talamanca, la actividad sísmica superficial está asociada a sistemas de fallas superficiales ubicadas a lo largo del pie de monte y en fallas que atraviesan perpendicularmente la cordillera en zonas propensas a variaciones en los patrones de esfuerzos tectónicos locales.

A pesar de tener conocimiento sobre la ocurrencia de dos grandes terremotos ocurridos el 24 y 25 de abril de 1916 en la región de Bocas del Toro y Sixaola, con magnitudes de 7.4 y 7.1 respectivamente; la conexión entre la actividad sísmica superficial del Valle Central y la observada históricamente en la región del caribe, no fue asociada sino hasta después de la ocurrencia de la secuencia sísmica entre los años 1990 y 1993. El terremoto del Valle de la Estrella de abril de 1991 de magnitud 7.6 junto a toda la actividad sísmica registrada durante esta secuencia, puso de manifiesto la existencia de un límite de placas que atraviesa Costa Rica de oeste a este, segmentando al país en dos bloques tectónicos. Al norte de este límite o frontera, la Península de Nicoya, Guanacaste y las zonas bajas de la región norte cabalgan sobre la Placa del Caribe, incluyendo nuestra cadena volcánica. La mitad sur de nuestro país, la cordillera de Talamanca y el territorio panameño en su totalidad, conforman del denominado Bloque de Panamá.

Esta frontera o límite, que denominamos “zona de cizalla”, y que corre a lo largo del eje del Valle Central de oeste a este, constituye una zona de alto riesgo sísmico. Es a lo largo de esta zona de cizalla donde históricamente se han generado terremotos superficiales con magnitudes moderadas de entre los 5 y 6.5 grados. Estos terremotos son los responsables de haber causado los mayores niveles de destrucción en nuestro país. Entre ellos, los terremotos de Cartago de 1841 y 1910, de Fraijanes 1851 y 1888, de Bajos del Toro en 1911 y 1955, de Paraíso y Orosi en 1951 y Patillos en 1952. El sismo de 1953 cercano a la ciudad de Puerto Limón, aun cuando este no causara grandes daños, es evidencia de que el proceso de ruptura de estas secuencias sísmicas afecta a toda la zona de cizalla de oeste a este, demostrando así la existencia de una frontera o límite de placas que separa las cortezas continentales del Caribe y del Bloque de Panamá.

Continuando con el análisis de la actividad sísmica superficial ocurrida durante el siglo XX, esta nos permite reconocer la existencia de otras dos secuencias muy particulares, tanto por su duración como por el entorno geográfico donde se presentan. Sin embargo, en este episodio nos referimos a la secuencia sísmica observada entre los años de 1910 y 1912. Durante esta primera secuencia reconocemos los terremotos del 13 de abril y 4 de mayo de 1910 en Corralillos y Cartago respectivamente, seguidos por los eventos de Bajos del Toro en 1911 y de Tres Ríos, Sarchí y Grecia en 1912.

A esta secuencia la he denominado “la primera secuencia sísmica del siglo XX”. Es importante notar que en 1904 se había presentado un gran terremoto en la región de Golfito-Osa, a lo largo de la zona de subducción o sea seis años anteriores al inicio de esta primera secuencia sísmica del Valle Central.

Las siguientes reseñas históricas han sido tomadas del libro del Lic. Cleto González Víquez, Temblores, Terremotos, Inundaciones y Erupciones Volcánicas en Costa Rica 1608-1910.   

Durante los meses de enero y febrero de 1910 no se registró en el Observatorio ningún temblor…. Sin embargo, el 25 de enero, á las 4h. 45m. p. m., el volcán Poás hizo una formidable erupción de cenizas, la más grande de que se tiene recuerdo. Fué vista desde el Golfo de Nicoya por don Miguel Obregón. Desde el día 25, el volcán ha estado en calma absoluta; ni nosotros, ni ninguno de los numerosos excursionistas que han subido después, han notado la menor erupción. El hecho de haber arrojado cenizas el volcán de Poás, no es un fenómeno absolutamente extraño: hace como 30 años, una erupción de cenizas llegó hasta San Pedro de Poás, cubriendo las hojas de los cafetos hasta el extremo de poderse dibujar sobre ellas”.

La actividad del Volcán Poás, que precedió a la primera secuencia sísmica del siglo XX será analizada por separado, pues el Volcán Poás pareciera comportarse como un indicador del incremento de los esfuerzos tectónicos en el Valle Central.  El resultado de este incremento de los esfuerzos tectónicos genera una mayor permeabilidad en la estructura volcánica a lo largo del eje de compresión permitiendo una mejor transferencia de gases calientes desde la cámara magmática hacia la superficie, generando erupciones freáticas y secando la laguna cratérica con la subsecuente eyección de cenizas (lo anterior basado en la teoría de Nakamura, K., (publicado en el Journal de Volcanología e Investigación Geotermal, volumen 2 (1977) p. 1-16).  En ocasiones estas erupciones han sido de tipo freato-magmático, acompañadas de material juvenil (o magma).

 

El Terremoto de Corralillos del 13 de abril, 1910

El Profesor José Fidel Tristán comunica lo siguiente:

“Según los datos del Observatorio, hubo en el mes de marzo de 1910 sólo un temblor, el día 10 á las 3h. 33m. p.m. No se apunta ni la dirección ni la intensidad. Este temblor fué sentido muy fuerte en Santa María de Dota. Lo sintieron también en San Pablo y Corralillo. Fué un temblor aislado; si hubo después alguna ó algunas series de microsismos, no fueron registrados, ni por los sismógrafos de San José, ni por el de Cartago.”

No fue sino hasta el 13 de abril al ser las 0h. 37m. de la madrugada cuando un violento terremoto fue sentido a través del Valle Central, principalmente en Cartago y San José.  Muchos objetos caídos en casas y comercios. La mayor cantidad de daños fueron producidos por deslizamientos de tierra. Muchas réplicas siguieron al evento principal.

De nuevo, la siguiente reseña histórica tomada del libro de don Cleto González Víquez y anotada por don José Fidel Tristán comenta lo siguiente:

“Al principiar el 13 de abril, á los 37 minutos pasada la medianoche, todos los habitantes de la Meseta Central y regiones vecinas fueron súbitamente sorprendidos por un violento temblor de tierra, que obligó á muchísimas personas á levantarse con precipitación. Las oscilaciones preliminares no fueron sentidas por nadie, y los sismógrafos existentes, dos en la ciudad de San José y otro en la de Cartago, á 22 kilómetros de distancia, no tenían registrador automático de tiempo. La duración de esta sacudida puede apreciarse, sin embargo, en 10 segundos. La dirección principal fué de Sureste á Noroeste, con un movimiento ondulatorio y débil trepidación. La intensidad corresponde a VII en la escala de intensidades Rossí-Forel. Sin embargo, a la 1 y 5 minutos de la mañana se sintió una sacudida más violenta que la anterior, duró 12 segundos. La dirección de esta sacudida corresponde en general á la anterior, aunque el movimiento fue mucho más complicado y las ondulaciones más intensas. Principió por un movimiento ondulatorio débil; rápidamente se transformó en una serie de oscilaciones fuertes y violentas que produjeron un verdadero pánico, pues tomaron las proporciones de un verdadero terremoto. Pasadas las últimas oscilaciones, que no desaparecieron súbitamente, sino de un modo gradual, se apuntó con cuidado el cambio de posición de varios objetos, y al día siguiente se hizo la misma observación en las boticas, bibliotecas pequeñas, y aparatos y demás material de enseñanza del Colegio Superior de Señoritas. Resulta de estas observaciones que la mayor parte de dichos objetos se movieron y cayeron en la dirección de Este á Oeste, que corresponde con la dirección general de la sacudida. La dirección de este terremoto fue bien registrada por el sismógrafo (Duplex) del Observatorio de Sureste á Noroeste, pero se anotó al revés. El sismógrafo del Instituto de Cartago, á cargo del Doctor Gustavo Michaud, indicó también una dirección análoga.

El área mezosísmica del temblor del 13 de abril es muy irregular y está situada al Sureste de San José. Comprende la región al Sur del Paraíso y Cartago, siguiendo la Cordillera de Dota, con un máximo paralelo á la falda Oeste de las Colinas de Ochomogo, causando muy serios daños en todos los pueblos situados en aquella región. Al pie del Tablazo y en San Miguel de Desamparados los estragos fueron muy grandes y muchas casas quedaron inutilizadas. A lo largo de la Cordillera de Dota, principalmente hacia el Este, la tierra se aflojó y hubo algunos derrumbes, lo que dio origen á que varios ríos arrastraran gran cantidad de tierra como se observó en el Río Conejo.

No es posible fijar exactamente la posición del epicentro, ó mejor, la línea epicentral. Los sismogramas de San José y Cartago marcaron la dirección general de Sureste al Noroeste; con todo puede afirmarse que el Centrum fue sumamente profundo y la línea epicentral muy próxima y á lo largo de un macizo de montañas. Algún fenómeno particular se había operado en las profundidades de aquella región, cuya naturaleza me es desconocida. Los dos primeros choques fueron muy violentos y se continuaron por una serie de temblores.”

 

Terremoto de Cartago del 4 de mayo, 1910

Los siguientes relatos han sido tomados del libro del Lic. Cleto González Víquez.  

“El señor J. Rudin anota desde las 6 p.m. á las doce de la noche 200 sacudidas. Efectivamente después del fuerte terremoto de las 6.50 p.m.  la tierra siguió moviéndose, con más ó menos violencia. Damos á continuación el estudio del señor Rudin, que da idea clara de los temblores y de las series de temblores. (publicado en la Prensa Libre, del 6 de mayo de 1910).

“El gran temblor de esta tarde comenzó á las 6 h. 50 min. y durante 3 minutos después del primer golpe, muy fuerte del sismógrafo, no cesó de marcar movimientos continuos. El rumbo no pudo determinarse ni tengo sismograma que presentar: la amplitud del primer golpe fue tan grande que la aguja del aparato pegó en las paredes de la caja y se hizo pedazos. Sólo quedó intacto el mecanismo eléctrico que marca en el disco horario la hora y duración de los temblores. A continuación de los tres primeros minutos los temblores se sucedieron á intervalos de pocos segundos durante 35 minutos. La aguja del aparato se reparó pronto de una manera provisional y se pudieron observar los rumbos de algunos de los temblores posteriores. Al principio de la noche los temblores vinieron formando grupos ó series; el intervalo entre ellos no pudo ser marcado en el disco horario excepto cuando había una separación de 1/4 ó 1/2 minuto por lo menos entre dos temblores sucesivos; intervalos menores pasan desapercibidos á causa del movimiento demasiado lento del disco horario.

El temblor de las 6 h. 50 p. empezó por trepidación y continuó por oscilaciones muy lentas de gran amplitud en todas direcciones, pero finalizó por oscilaciones extraordinariamente grandes de Este á Oeste. Los demás temblores se efectuaron en todas direcciones, pero para la mayoría de ellos no puede indicarse rumbo alguno determinado, por lo confuso de los seismogramas. El temblor de las 6h. 50m. fue muy fuerte; entre los demás hubo algunos regulares y muchísimos débiles y debilísimos. J. RUDIN”.

El Dr. Gustavo Michaud, publicó lo siguiente sobre el terremoto de Cartago. (Scientific American, Vol. CII N°22).

“El 4 de mayo á las 6.50 p.m. la ciudad de Cartago, primitiva capital de Costa Rica terminó su existencia por un terremoto explosivo que duró solamente algunos segundos. El movimiento destructivo fué principalmente vertical y principió repentinamente, esto es, sin choques premonitores, los cuales dan á la mayor parte de las gentes tiempo suficiente para salir de sus casas. Inmediatamente después del tremendo movimiento de arriba á bajo siguió una larga serie de choques más pequeños, entre los cuales se sintió un movimiento giratorio. El polvo que se levantó por la caída instantánea de las casas y de los edificios públicos fué tan grande que muchas personas creyeron haber escapado de la muerte por el aterro para morir sofocadas. Veinte mil personas quedaron sin abrigo. Cuando el autor manda esta relación (mayo 7) se habían sacado de las ruinas 700 cadáveres. El número aumenta considerablemente. No se conoce todavía el número de heridos quienes son llevan diariamente en trenes especiales á San José. El desamparo y el sufrimiento son grandes.

El 13 de abril de 1910 poco después de medianoche vino un primer aviso de la amenazante catástrofe, en forma de una serie de temblores, el tercero de los cuales dañó muchas casas, destruyó algunas paredes mal construidas, y causó serios daños en las botellas y en la loza. Este terremoto fué sentido en toda la Meseta Central de Costa Rica. En los días siguientes continuaron pequeños choques casi todos de intensidad III á V (escalade Rossi-Forel), á razón de 3 á 8 por día. Los habitantes de Cartago y San José se alarmaron y establecieron en las calles y plazas públicas tiendas y ranchos en los cuales dormían. ¡Los choques habían disminuido algo en número é intensidad cuando vino el suceso fatal!”

 

Terremoto Bajos del Toro del 28 de agosto, 1911

Es siguiente relato fue tomado del informe sobre el terremoto de Toro Amarillo, Grecia por los señores Anastasio Alfaro, Gustavo Michaud y P. Biolley C. y publicado en los Anales del Centro de Estudios Sismológicos de Costa Rica, Año 1911, Tipografía Nacional, Costa Rica.

“El movimiento á que nos referimos se sintió en San José á las 10h y 6min de la noche con dirección Noroeste é intensidad VI, como podrá verse por los sismogramas adjuntos, uno de los cuales nos ha sido presentado por el Profesor don J. Fidel Tristán, Director del Colegio Superior de Señoritas.

En Alajuela, 20 km al Noroeste de San José, se sintió con intensidad VII, según informe de particulares, y en Grecia; 20 km al Noroeste próximamente se sintió con intensidad VIII, conservando siempre la misma dirección, como podía observarse por la caída de botellas y de otras mercaderías, en la botica de aquella ciudad y en otros establecimientos del comercio.  Los daños en las construcciones de la ciudad de Grecia fueron insignificantes, debido á que la iglesia es de hierro y la casi totalidad de las casas son construcciones de bahareque y madera.

En los Bajos del Toro a pesar de la gran cantidad de derrumbes que pasan de 60, el hecho de hallarse la mayor parte de ellos en la montaña misma, y los cultivos en los bajos, así como las casas de habitación que son todas de madera, no hubo desgracias personales y los daños en la propiedad no son considerables, á pesar de que la sacudida debió alcanzar la intensidad X, á juzgar por los destrozos hechos en los flancos de los cerros y colinas.”

 

Terremoto Tres Ríos del 21 de febrero, 1912

Muy poco se ha escrito sobre este terremoto.  Solamente ha sido posible rescatar reportajes en algunos periódicos de la época como el Noticiero y el Republicano que fueron publicados en los días posteriores al terremoto.

En titulares se indicaba que “El terremoto de ayer nos ha dejado grandes estragos, pueblos desolados, y una inmensa zozobra”.  “Los temblores de la madrugada de ayer se sintieron en toda la República, alarmando a todos sus habitantes.”

La siguiente recopilación sobre este terremoto ha sido tomada del Blog de Waldo Taylor Historia Sísmica y Volcánica de Costa Rica, (https://historiasismicayvolcanicadecostarica.blogspot.com/2015/02/el-terremoto-del-21-de-febrero-de-1912.html)

“A las dos y veinte minutos de la madrugada, fueron súbitamente despertados los habitantes de esta ciudad, con motivo del fuerte temblor que a esa hora se sintió en casi todas las regiones del país.

A esa hora todo el mundo abandonó rápidamente la cama y se echó a la calle, en busca de lugares más seguros. Aun personas que habitan en casa de madera se lanzaron a la calle, alarmadas del movimiento, pues la intensidad y duración de él fueron de consideración. Después de ese temblor se sintieron algunos otros, débiles, pero que aumentaron el pánico entre los moradores de esta ciudad.

El terrible temblor ocurrido en la madrugada del día de ayer, ha traído de nuevo el espanto al ánimo de todos. Fue pavorosa e insólita esa sacudida fortísima que alcanzó VII de intensidad, tuvo una duración de dos minutos y veinte segundos y accionó en dirección Noroeste a Sureste, siendo este último dato comprobación del aserto de que el movimiento proviene, si no del Turrialba, del volcán Irazú; posiblemente la mayor actividad provenga del primero, pues momentos antes del terremoto, se le vio coronado por una inmensa luminaria o reflejo.

Además, en la misma madrugada hubo otros seis temblores de igual dirección que el anterior, y de intensidades III y IV. A la hora exacta del temblor de las 2 y 20 minutos de la madrugada, se paró el reloj regulador del Observatorio, lo cual no ha dejado de llamar la atención, pues en otras ocasiones, con temblores semejantes, no ha interrumpido su marcha.

Recuento de daños

A pesar de que este terremoto fue sentido en casi todo el territorio nacional, la población que sufrió más daños fue la villa de Tres Ríos. En otras villas o ciudades del Valle Central se reportan daños menores que en muchas ocasiones han resultado por el acumulamiento de daños provocados por los otros terremotos ocurridos en 1910 y 1911.  Es así como en la villa de Tres Ríos se reporta que el movimiento ha sido tan fuerte, como nunca recuerdan haberse observado. Fue de más duración y más intensidad que cualquiera de los sentidos en 1910.  Los daños aquí son muchos; el edificio escolar y el municipal están en ruinas, hay que destruirlos. El miro del cementerio, donde están los nichos, se rajó en gran parte, abriéndose las tumbas y quedando a descubierto los cadáveres. En las calles alrededor de la plaza se abrieron varias grietas. El río Chiquito, que corre como a 300 metros al Este de la villa se secó. La autoridad envió una comisión a investigar la causa. El comercio ha tenido grandes pérdidas. Todos los habitantes de esta población se alarmaron y al huir de sus casas algunos se golpearon.

Las casas, a excepción de las de madera, han sufrido tanto aún más que cuando el terremoto de 1910, de tal manera que ahora están inhabitables. En el distrito de San Juan también hubo algunos contusos. La gente continúa alarmadísima y teme penetrar a sus casas, lo que nos parece lógico porque están terriblemente averiadas.”

 

Terremoto de Sarchí del 6 de junio, 1912

A continuación, el informe presentado por los señores J. Fidel Tristán, Pablo Biolley y Cesar Cots

“Sismos premonitores. – Durante el mes de mayo de 1912 muy pocas perturbaciones sísmicas fueron registradas en el observatorio nacional, y las pocas registradas fueron de baja intensidad.

El primero de junio a las 6h 26m de la mañana, el primer evento de este período sísmico fue registrado y consistió en dos movimientos bruscos separados por vibraciones pequeñas.  El 3 de junio a las 3h 50m de la tarde hubo otra sacudida con una intensidad de II, la cual fue notada por muchas personas. Estos eventos eran muy pequeños y por lo tanto no hubo reportes de otras partes del país.

El terremoto de Sarchí. – El día 6 a los 40m pasada la medianoche un sismo largo fue sentido teniendo una intensidad de VI en la escala Rossi-Forel.  Este sismo causó pánico general, y una gran cantidad de personas permanecieron despiertas durante el resto de la madrugada temiendo la ocurrencia de sismos más fuertes.

El estudio detallado de este sismo debe de estar incompleto porque veintisiete minutos antes hubo un sismo pequeño y desajustó el sismoscopio Ewing resultando en la convergencia de las tres componentes en una sola traza o línea.  Los otros sismógrafos, incluyendo los del Colegio Superior de Señoritas y el del Señor A. Pérez en Mojón, dieron trazas muy claras, que hicieron posible reconstruir una parte del sismo.

El sismo comenzó con una serie de vibraciones que alcanzaron un máximo en algunos segundos con oscilaciones violentas suficientes como para despertar a personas.  La amplitud del movimiento disminuye rápidamente hasta parar, pero dentro de tres segundos el péndulo reinició su movimiento con mayor violencia.  Este movimiento fuerte duró unos 10-11 segundos y terminó con un movimiento mecido de gran amplitud que los sismógrafos mostraron tener una dirección dominante de noroeste a sureste.  Los objetos colgantes que incluyeron lámparas oscilaron en la misma dirección que fueron observados durante la ocurrencia del terremoto de Toro Amarillo. Algunos relojes de péndulo se pararon.”

Esta primera secuencia del siglo XX descrita aquí, al igual que las otras dos que ocurrieron entre los años de 1951 a 1955 y 1990 a 1993 están caracterizadas por ubicarse en el mismo ámbito geográfico a lo largo de la zona de cizalla que corre de oeste a este atravesando el eje del Valle Central, y generando secuencias sísmicas con muchas réplicas.  Actividad sísmica de estas dimensiones se ha presentado durante períodos de tiempo que han variado entre 2 y 4 años, para luego entrar en quietudes sísmicas de entre 35 y 40 años con ocasionales eventos que han liberado energía no disipada durante las secuencias.

Con el terremoto de Sarchí del 6 de junio de 1912 se cierra la primera secuencia de terremotos superficiales al interior del Valle Central durante el siglo XX. Pasarán 39 años antes de que empiece en 1951 la segunda secuencia del siglo XX, pero este relato quedará para un próximo episodio.

 





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